Samurái

 

Un niño vio pasar a un samurái y pregunto a su padre…

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-¿Quién es ese hombre de extraño aspecto que entro al templo Pa?

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-Dejando la pesada canasta rectangular que traía en la espalda respondió- Es un guerreo, fíjate en su cintura, lleva las espadas que lo distinguen como samurái.

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-¿que son espadas?

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-pues veras… las espadas son armas que se usan en la guerra para matar a los enemigos.

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-¿entonces ese hombre es un asesino?

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-pes si… pero mira su emblema, es de una casa noble, así que seguramente es más que eso, además ¿te fijaste que se quito el casco y dejo las armas al entrar al templo?

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-tienes razón Pa.

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-te voy a contar algo -limpiándose el sudor de la frente y sentándose a la sombra de un árbol a la orilla del camino del templo, destapo una bolsa de piel, dio un trago de agua, se enjugo los labios y le dijo al pequeño- se de buena fuente que desde pequeños se les educa con una férrea disciplina, no solo en las artes de la guerra, sino también en la caligrafía, ellos saben leer y escribir muy bien, pues una mano firme es parte de un espíritu templado, así como su escritura debe de ser precisa, su espada también, esto los obliga a otra cosa, ellos deben tener la mejor educación y modales de todos, ¿sabes que nadie les debe ofender o pueden sacar su espada y cortar tu cabeza?

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- ¡Ho no, que miedo!

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-jajaja pero es porque ellos jamás cometerán una falta de respeto, además ¿qué crees que está haciendo en el templo?

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-pues… haciendo plegarias como todos.

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-fíjate bien… está meditando, se dice que el filo de sus espadas están agudo que puede partir una roca en dos con solo dejarla caer. Un arma tan poderosa es un peligro hasta para el que la usa sino sabe cómo controlarla, así como la espada es la lengua, pues ambas son controladas por la mente, la mente de un guerreo debe estar en el centro siempre, para ello usa la meditación, como un medio de acallar la bestialidad y encontrar su verdadera voz interior, por eso mismo cada cosa que hace es en sí un arte, cuando escribe traza con precisión cada línea y le da toda su atención en ese preciso instante, después la olvida pues está en el siguiente momento, cuando usa la espada es exactamente igual, incluso antes de la batalla el debe reflexionar sobre la vida y la muerte, escribe poesía desde su verdadera voz, es decir, dibuja bellamente sus pensamientos con un espíritu tranquilo antes de enfrentar a la muerte. ¿Sabes porque pelean?

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-¿por su señor?

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-sí y no… ellos buscan el estado de perfección, que es deshacerse de la carne y llegar a la paz  absoluta, ya sea por medio de traer la victoria y el bienestar a su pueblo o bien dejando la vida por ellos; samurái significa “el que ha nacido para servir”, un bushi, un guerrero ve la realidad de las cosas, ve la belleza hasta en el más simple acto, encuentra en su ejecución un arte, así que se empeña cada día en perfeccionar el arte, que se encuentra en la respiración, la meditación, el esfuerzo, las palabras, la conducta, sus intenciones, su corazón y en general toda su forma de vida; como puedes ver es más parecido a un monje que aun acecino sediento de sangre.

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-Pero entonces… ¿no son personas violentas?

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-eso depende ti, si molestas a un tigre dormido te atacara, pero si lo dejas en paz él seguirá durmiendo, en otras palabras, el bushido le enseña a ser un caballero educado, no va buscando pelea ni siendo violento, pero si en algún momento tiene que usar sus artes como defensa… ¡ten miedo! porque lo más probable es que una vez tomada la decisión de atacar, sea imparable jajajaja.

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-el niño miró con extrañeza a su padre y le surgió una nueva pregunta-

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-¿y cómo es que sabes tanto de ese hombre si nosotros vivimos allá arriba en las montañas Pa? –señalando con su pequeña mano las altas y nebulosas cumbres.

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- el camino del guerrero tiene muchas vueltas hijo mio y no todo es lo que parece –sonriendo afable levantó unas telas que traía en la canasta, mostrando el escudo de la misma casa noble de aquel samurái en la funda de una espada.

 

 

Leopold Blake