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En tanto que la pintura.

En la obra de Rodrigo se aprecia la necesidad de integrar dos formas de expresión pictórica, en una se apuesta a la mancha con un carácter expresivo y la otra en alternar las formas geométricas con las orgánicas, con un manejo del espacio en sentido plano, prevaleciendo el concepto de la presión a partir de la forma y el formato, lo que quiere decir que no hay un manejo en profundidad ni elementos y formas que tiendan a lo concéntrico, sino todo lo contrario a lo expansivo.

Su trabajo tiene rasgos simbólicos, al plantearse problemas donde el mundo interno del ánimo y las emociones dictan la forma a seguir, pero también se interaccionan los elementos figurativos como un referente evocativo de su realidad inmediata; la pincelada es vigorosa, con una paleta de colores contrastantes, que van de los tonos grises a los colores puros, en yuxtaposición con tonos bajos, acentuando la idea de una espacialidad que en el plano vertical se contraponen en un ascenso y descenso.

Sin embargo también hay la necesidad de acentuar los espacios en profundidad, al manejar la mancha de color de forma degradada de mayor a menor tamaño generando la idea de fluidez; esto significa que se encuentra en una búsqueda de interacción entre los elementos del espacio, tiempo, movimiento, color, textura y materialidad, así como también planos en sentido geométrico con pinceladas expresivas, en un juego permanente en que el estado emocional y la expresividad constituyen su lenguaje, y nos remite a una interpretación a partir de  sus composiciones, donde externa su temperamento pictórico por encima de las normas y el referente concreto de la realidad.

 Prof. José Luis Alderete Retana

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